Plaza Venezuela:
22 de marzo de 2011
El domingo nos reunimos Gisela Kozak, Colette Capriles,
Erik del Bufalo, Juan Cristóbal Castro y yo para debatir nuestra propuesta de
una comunidad intelectual en Venezuela, que esté abierta a los venezolanos
afuera, y plantee, en términos intelectuales, teóricos y académicos, una
discusión sobre política. Somos muy distintos, pero sé que funcionará muy bien.
Pronto veremos los frutos.
Ayer comenzaron las primeras Jornadas de Literatura
Venezolana Contemporánea en la Universidad Simón Bolívar. Han resultado
maravillosas hasta ahora, con sus bemoles logísticos. Compartir con Rubi
Guerra, Miguel Gomes y Juan Carlos Méndez Guedez ha sido muy estimulante.
Un comienzo equinoccial lleno de esperanzas. Esperemos.
Viernes 25 de marzo de 2011
Crónica de las Jornadas (1)
Mi
esposa me dejó en la Libertador, a la altura de Chacaíto y bajé. Tomaría el
autobús de la Universidad en la esquina del Mac Donald. Mientras caminaba,
recordé con cariño los dos trimestres en que dicté clases en la Simón Bolívar y
lo buena que fue la experiencia. Al llegar a la esquina, la cola era larga.
Encendí un cigarrillo. Llegaría tarde. No tuve presente el orden de las horas
allá arriba (por bloques numéricos establecidos) y dos autobuses llegaron para
llevarse la carga. En un santiamén, llegué a Sartenejas.
Crucé
la calle de los ingleses, colindando con la Biblioteca, hacia el Rectorado. Ya
Gisela Kozak me había confirmado que era ahí la primera Conferencia Plenaria,
en donde ella leería. La vista del paisaje me alegró, y ya en la entrada,
saludaba a mucha gente. El aire respiraba emoción, expectativa. Saludé a
Vicente Lecuna, quien me presentó a Miguel Gomes y abracé a Juan Carlos Méndez
Guedez, con quien me comunico abundamentemente por el Facebook. Miguel, buen
scholar, llevaba traje y corbata. Juan Carlos, mucho más informal. Vicente, ni
se diga. Tres formas de pensar, escribir y abordar la literatura intercambiaban
comentarios jocosos. Ojalá fuera así el ambiente de toda esta Jornada:
tolerancia, respeto, búsqueda de conocimiento y difusión del mismo. A los
minutos, llegó Gisela, engalanada con una hermosa falda, linda. Más abrazos.
Cigarrillos, ganas de café, adrenalina en los ojos de los organizadores, en
especial de Carmen Victoria Vivas. Nos encomiaron a entrar al Paraninfo. Todo
iba a comenzar.
La
conferencia plenaria la dictarían Luis Miguel Isava, Gisela Kozak, Miguel
Gomes, y Carlos Sandoval. En ella se vivieron momentos dulces y feroces. Luis
Miguel dictó una cátedra sobre poesía. Desde hace mucho tiempo dejó de ser un
crítico y pasó a ser un filósofo del lenguaje. Gisela cambió el ambiente y
polemizó, señalando nombres, carencias, fisuras, logros, aciertos de la
literatura venezolana y sus protagonistas, desde las gestiones culturales de
los noventas hasta el día de hoy. Rió y repartió carcajadas y silencios entre
el público. Ya la candela estaba iniciada. Las conferencias de Miguel Gomes y
Carlos Sandoval continuaron el hilo de Gisela. Gomes, quien nos tiene
acostumbrados a la rigurosidad académica más alta, centró su conferencia alrededor
de las alegorías nacionales, haciendo una profunda crítica. Sandoval, criticó
la ausencia del teatro y del ensayo en las discusiones de las Jornadas, así
como en la mesa en donde se encontraba en ese momento. Habló de 17 antologías
de cuentos en menos de 10 años en el país; de la industria editorial, de los
triunfos de algunos y los fracasos de otros. Luego, el ciclo de preguntas fue
pequeño; además, había que almorzar.
Subí,
junto con muchos más, a la Casa del Profesor, para acompañar a Violeta Rojo y Miguel
Gomes, con quien pude conversar bastante en el camino. Almorzamos en una misma
mesa Laura Febres, Violeta, Leopoldo Plaz y yo. Al lado, los conferencistas de
la mañana y los organizadores. Las charlas giraban sobre los libros escritos,
las esperanzas y desilusiones de una literatura llena de mucho que dar. La
subida hacia la Casa del profesor es larga y no apta para fumadores. Al bajar,
nos dispersamos entre las diferentes mesas y ponencias.
Por
gestarse las Jornadas en fechas de clases, no se pudo organizar todo en un solo
edificio. Las Jornadas fueron hechas para zapatos de goma y patinetas: fue
mucho lo que había que caminar. Con el mejor espíritu, la mayoría de los
asistentes se plegó a ello, y así abordó, cual hijos de Gina Saraceni, magna
maratonista, cada camino hacia los diferentes edificios. Hubo problemas
logísticos: orden de lecturas, coincidencias entre mesas a moderar y mesas en
donde leer (mi caso), pero nada grave que llevara a una hecatombre. Las
Jornadas marcharon. Ese día, se leyó sobre Lydda Franco Farías, sobre Ednodio
Quintero, Miguel Gomes, Balza, Rock y literatura, Lucas García, el delincuente,
la cultura popular, la literatura y las nuevas tecnologías. Inteligentemente,
los organizadores colocaron las mesas sobre los temas más modernos el primer
día. Ya eso nos daba una clave de qué podíamos esperar, en cuanto a apertura,
de ellos. No pude asistir a las otras mesas, pues debía leer en una. Al llegar,
estábamos un poco perdidos. Andrés Pérez Sepúlveda llegó para moderarla y
avanzamos a la Sala en el piso 1 de EGE. Dayana Frayle nos habló del viaje
simbólico, de la navegación, del autor desterrado de su pedestal en la red
electrónica. "Literatura 2.0 en ela era electrónica", de Alejandro
Pichitelli, fue un gran dato biográfico que anotamos. Ana María Velazquez nos
habló del despojamiento de una máscara para asumir otra en el viajero, escritor
de un yo ficcional en el doble espacio de una memoria y nos recordó que el
viaje de la modernidad no lleva a ninguna parte: es el alma quien viaja,
incluso en la red. Luego, leí mi ponencia, sobre los blogs literarios
venezolanos. La presencia de Raquel Rivas en el público, ayudó a tener un buen
intercambio alrededor de las ponencias leídas, aunado a un polémico, pero rico
debate, entre Pérez Sepúlveda y José Sanchez Lecuna.
Salimos
contentos hacia el auditorio principal, a tomar café y comer galletas. En él,
se presentaba la antología del cuento venezolano, "La vasta
brevedad", editada por Alfaguara. Conversamos con Willy Mc Key, Juan
Cristóbal Castro, José Manuel Guilarte y muchos más. Intercambiamos opiniones y
juicios sobre las diversas mesas, y de ahí fuimos hacia el Paraninfo. La mesa
alrededor de Carmen Vincenti y Judith Gerendas no fue muy llena. ¿desinterés
por la literatura femenina?, ¿falta de educación de quienes estábamos
presentes?, ¿por qué no fue Michelle Ascencio, quien aparecía en la
programación del día en esa mesa plenaria?, ¿Y Victoria de Stefano y Ana Teresa
Torres, las grandes ausentes de todas las Jornadas?
Al
terminar ellas, vino la mesa de los narradores. Tampoco estuvo muy llena. Se
acumularon los horarios, se montaron unos sobre otros, habían retrasos. Pasadas
las 6 de la tarde, ya muchos se retiraron, pues el servicio de autobuses tiene
un horario tempranero. De todas maneras, el texto leído por Rubi Guerra (una
joya), y las palabras de Lucas García, Héctor Torres y Rodrigo Blanco valieron
la pena arriesgarnos a no poder bajar a Caracas y pernoctar en el frío
paralizante de Sartenejas. Al final, sorteamos el inconveniente, gracias a
Carmen Victoria, quien se ofreció, junto con Gina Saraceni, Eleonora y otros, a
bajar a los presentes. Al hacerlo, me di cuenta que el último evento fue un
gran homenaje a Rubi Guerra, quizás la figura de quien más esperamos en esta década por comenzar.
Sábado
26 de marzo de 2011
Jornada segunda:
Subí
a la Simón muy temprano, pues quería llegar a algunas de las mesas. Hotel
California y Highway to hell me acompañaron; no en el ipod, en el autobús.
Nuestro chofer era roquero, y eso nos dio claves, intuiciones, de lo que podría
significar este día. Llegué al Paraninfo y escuché la ponencia de Vicente
Lecuna. No abundaron los profesores de la UCV en las Jornadas. Lecuna,
Kozak,Juan Cristóbal Castro, yo.Castillo Zapata. Ni sombra del departamento de
Latinoamericana y Venezolana. Los infatigables del Instituto de Investigaciones
sí estuvieron: Rebeca Pineda, Morenza, Sandoval, incluso alumnos de la Maestría
en Venezolana. La ponencia de Vicente fue aleccionadora. Su análisis de las dos
últimas obras de Barrera Tyzska fue interesante sobremanera. Su acercamiento a
la alegoría nacional e individual en esas obras nos hizo empezar a hilar una
temática que sería importante en todo el tiempo de las Jornadas.
Al
finalizar, corrí a EGE a escuchar a Violeta Rojo. Era tarde. Ya habían leído
sus ponencias ella y los demás (no hubo problemas de tiempo, cosa extraña) y ya
estaban en las preguntas. La sala tenía gente. Alumnos y profesores de
Barquisimeto, Coro, Maracaibo, Mérida, Cumaná hicieron presencia en cada una de
las actividades. Por el contrario, la ausencia de los alumnos de las Escuelas
de Letras de Caracas fue masiva. Pocas caras conocidas. Una verdadera lástima.
A
las 10 debía moderar una mesa: Narrativa Venezolana: lecturas y perspectivas
II. La sala que teníamos estipulada no pudimos usarla, y bajo la dirección de
Mariana Libertad Suárez caminamos hasta Comunicación. Allá, muy cerca de
Editorial Equinoccio, conversamos y escuchamos a los ponentes. Steven Bermúdez,
de LUZ, Michelle Roche, de El Nacional y NYU, y Rossana Álvarez (nieta de Pepe
Barroeta, como me dijo Gabriel Payares el día siguiente) leyeron sendas
disertaciones sobre la escritura nacional, las figuras de Gallegos y Britto
García, Meneses y Payares. Como final (pues una de las ponentes no llegó, aun
no sabemos muy bien por qué, y es una lástima) Adriana Cabrera nos iluminó
alrededor de las Digresiones en Liliana Lara, la gran escritura oriental. Las discusiones
posteriores, fueron estimulantes.Juan Carlos Méndez Guedez, Rubi Guerra y
Fedosy Santaella nos acompañaron. El último se tuvo que retirar y, además, la
muchacha que faltó leía sobre sobre obra y nos dejó con ganas de escuchar esa
ponencia. Pero los dos primeros fueron activos participantes. Debo resaltar
esto: ningún invitado o escritor adoptó posturas de Divo. Todos estuvieron
abiertos y con ganas de colaborar, intervenir, ayudar. Reflexionamos
abundantemente sobre cómo las alegorías siguien haciendo presencia en las
ponencias. Sobre el exilio exterior e interior en nuestra literatura y cómo
esos caminos parecen ampliarse. Fue refrescante. No dejo de resaltar que la
obra de Santaella tuvo en las Jornadas dos ponencias. Una obra interesante, fresca,
renovadora, llena de un lenguaje poco usual y que tiene seguidores en todo el
mapa nacional. Extrañé lecturas de la obra de Israel Centeno, de Juan Carlos
Chirinos, de Gustavo Valle. Pero estoy seguro que ya vendrán.
A
mediodía, tuvo a retirarme. Bajé a Caracas bajo la grata compañía y
conversación de Rubi Guerra y Adriana Cabrera, su esposa. Gente maravillosa. Me
encantó descubrir en Guerra una gran admiración por la obra de Shakespeare. Me
comentó que entre los 12 y los 18 años leyó Hamlet por lo menos unas tres veces
por año. Que luego, su acercamiento ha ido en aumento. Nadie sabe las
influencias de los escritores. ¿Ahora sí podemos reconocer quizás, una de las
vetas de la maestría de Guerra en sus cuentos, sus acercamientos a los
personajes, a la historia y su tragedia?.
En
la tarde, hubo polémicas. El día tenía a la poesía como protagonista, en sendas
lecturas y reflexiones. Las conferencias plenarias sobre poesía contaron con
Arturo Gutierrez Plaza, Joaquín Marta Sosa y Gina Saraceni. Marta Sosa marcó la
polémica, al señalar, palabras más, palabras menos, que en Venezuela no hay
poesía desde Tráfico y Guaire y señalando que la obra de Arraiz Lucca es muy
importante, fundamental. Saraceni lo despachó haciendo un largo listado de
nombres de poetas nacionales posteriores a esos grupos que han dejado una marca
mayor en nuestra literatura, hasta hoy. Pero esto no quedó así. Los poetas que
leerían luego, Luis Enrique Belmonte, Luis Moreno Villamediana, Jacqueline
Goldberg, Pausides González (este último quizás no), dedicaron irónicamente sus
lecturas a Marta Sosa. Todos, maestros. Todos, posteriores a Tráfico Y Guaire.
Luego, poetas más jovenes: José Delpino, Adalber Salas, Santiago Acosta y otros
finalizarían las Jornadas con sus lecturas.
Debo
hacer un comentario personal. Creo que la figura de Arraiz Lucca levanta
muchas, demasiadas ronchas. Es quizás el Gerente Cultural de línea más alta de
nuestra historia contemporánea ( La GAN, Monte Ávila editores, el Cealup, la
Fundación para la Cultura Urbana, son testimonio de ello). De eso no nos cabe
dudas. Con respecto a su poesía, siento que muchas marcas la han signado en su
acercamiento crítico: no es un hombre de izquierda, no formó parte de grupos
posteriores de poetas, es miembro de familia de raigambre mantuana. De su obra,
siempre rescato "Pesadumbre en Bridgetown". Editado por Pequeña
Venecia y su cuerpo editor, de obra reconocida( Barreto, Strepponi, Pantin,
López Ortega) es un poema largo con la huella de Eliot que anuncia muy bien el
desastre que vendría sobre nosotros en la década de los noventa. De su obra
anterior y posterior, deben hablar los especialistas, y yo no lo soy.
Esta
segunda Jornada nos deja más preguntas: ¿Hablarían del proyecto de la Revista
El Salmón?, ¿ Y de proyectos y poetas del interior del país, en donde se gesta
un movimiento de altura y entusiasmante?, ¿ Se reflexionaría cómo la poesía
pasó, luego de estar en el pedestal mayor, a un segundo lugar con el mini boom
de la narrativa en esta década?, ¿ dentro de las diferentes mesas, dejando
aparte la Conferencia Plenaria con que se inauguraron las Jornadas, se hablaría
en algún momento de ediciones nacionales o internacionales de poesía?¿ Números,
estadísticas, cantidad de talleres?
Con
estas preguntas, hacia el final de la tarde, luego de corregir, preparar
algunas clases, descansar, lavábamos los platos pensando que ojalá no nos
dedicáramos tanto a lavarnos las manos ante el reto mayor de acercarnos a
nuestra literatura, analizarla y difundirla. Estas Jornadas, seguían anunciando
esperanzas. Los Rolling Stones me ayudaron a cerrar el día.
Gracias
a los dioses, todavía quedaba el último día de las mismas: el de la mañana
siguiente.
Domingo
27 de marzo de 2011
Jornada
tercera (y última)
Llegué
a las 8 al Paraninfo. Juan Cristóbal se alegró, pues sospechaba que la mesa en
donde estaría no tendría mayor público. Era sobre Literatura y Política.
Efectivamente, al comenzar, no abundaba (pero luego las cosas cambiarían: un
asunto de puntualidad criolla, tráfico y lejanía contribuyeron a que no llegara
la gente a tiempo). Un par de muchachos de sociología de la UCAB leyeron un
trabajo en ciernes sobre la idea de Nación y Literatura y su elemento
inconcluso. Juan Carlos Araque, segundo en el orden de lectura, no llegaba.
Leyó entonces Juan Criistóbal. Me pareció muy importante su ponencia, alrededor
de "Gallegos espectral". Cómo la figura de Gallegos, en estos
tiempos, ha vuelto a surgir. La idea del intelectual como pastor de hombres,
como salvador de la patria, ronda nuestra literatura, en especial nuestra
narrativa más existosa en estos momentos, aquella de carácter histórico. Fue
una ponencia demoledora. Luego, María Julio Cordero reflexionaría sobre su
padre y cómo su obra se vio relegada entre las roscas culturales de la IV
República. Su meditación alrededor de pueblo y ciudadanía crítica, fue
impactante. Al final, Araque llegaría. Venía directo desde Barquisimeto para
leer su ponencia, había salido la noche anterior. Toda una lección para algunos
caraqueños y su pequeño desprecio a estas Jornadas. La ponencia de Araque era
sobre el Testimonio en la literatura, en la figura de tres autoras venezolanas
de los setentas: De Stéfano, Madrid, Zago. Mostró cómo la década del fracaso de
la guerrilla, del pensamiento sobre ese fracaso se hace cada vez más, mostrando
sus costuras en cuanto a una posibilidad de cura, lo cual se manifiesta en el
revanchismo de quienes están en el poder.
A
las 10, escuchamos la mesa sobre Narrativa y Espacio Urbano II. Santaella,
Rodrigo Blanco, fueron los interpelados en estas ponencias desde posiciones
interesantes. Luego, escucharíamos una lectura, sobre el testimonio en la
literatura presidiaria de los años setenta. Toda una reflexión, en donde la
métafora del país como cárcel es escalofriante, pero no menos cierta.
Almorcé
con Enza García Arreaza y José Manuel Guilarte, luego de caminar mucho por la
Universidad. Pude conocer a Moreno Villamediana y conversar con gente valiosa.
Fue muy esperanzador vivir unos días en donde en cada esquina te encontrabas
con alguien con quien intercambiar experiencias, conocimientos, alegría, dudas,
terror.
En
la tarde, nos encaminamos hacia la Conferencia Plenaria sobre Narrativa
Contemporánea, la gran protagonista de las Jornadas. Carlos Pacheco, Arnaldo
Valero y Gustavo Guerrero, invitado especial, leerían para nosotros. La
conferencia de Pacheco nos llevó al Falke, como paradigma narrativo de la
novela de esta década. Valero, nos llevó, quizás en un tiempo demasiado extenso
de lectura, hacia la figura maravillosa de Juan Félix Sánchez. Guerrero nos
cautivó con una conferencia llena de esperanzas para la literatura venezolana,
sobria, bien escrita. Esperábamos conferencias semejantes a la de Guerrero
definitivamente. Pienso que la Plenaria no apuntaba a trabajos personales sobre
la literatura venezolana, sino a una interpretación de ella en la última
década, o la anterior y la por venir.
A
las 4 de la tarde, luego de mucho café, risas y cigarrillos, entramos
nuevamente al Paraninfo para escuchar a Federico Vegas, Alberto Barrera Tyzska,
Oscar Marcano, y Juan Carlos Méndez Guedez. Fue un conversatorio relajado,
divertido, reflexivo. La nota más alta la alcanzó Méndez Guedez, al
presentarnos su pesimismo sano. Que no creeamos en mesianismos literarios, en
mini booms, en enchinchorramientos como escritores. No debemos nunca dejar de
trabajar, más allá de los vaivenes del mercado. Hubo un debate interesante en
Vegas y Barerra. El primero (recordamos al Gallegos espectral de la mañana),
anunció que el escritor es el verdadera salvador de la patria. Que sus mayores
influencias eran Reverón, Villanueva y Gallegos. Algo que no invita a
reflexionar hasta el hueso. Son todos figuras de antes de 1958, es decir, antes
de la democracia. ¿ No concibe todavía la literatura venezolana patrones,
imaginarios, más allá de la huella modernizadora (1935-1955) y la
revolucionaria (60s)? Es curioso cómo un período como lo fue la democracia
entre 1958 y 1978 no se considera un paradigma. El período de la historia en
donde realmente se gestó una idea de ciudadanía, de democracia en Venezuela,
merece una nueva mirada, sin ingenuidades de derechas e izquierdas centradas en
sus absurdos más degradantes. Vegas fue encantador, como suele serlo, y supo
llevar sus intervenciones. Es un gran escritor y un gran amigo a quien admiramos,
que sabemos se abrirá a nuevas esferas. Barrera, amablemente, lo llevó a hacer
tablas con él, a partir de un escepticismo sano, crítico, quebrantador de
espectativas. Me hubiera gustado contar con la presencia de Israel Centeno en
esa mesa; creo, sin temor a equivocarme, que hizo muchísima falta. Fue un
conversatorio respetuoso, entre amigos, que escriben distinto, piensan distinta
a la literatura, pero son capaces de establecer un debate sin matarse. Un
ejemplo a seguir (pero faltó más sangre).
Las
Jornadas finalizaron con un brindis, planes futuros, debates entre copas,
críticas, abrazos, cansancio. Es quizás una experiencia sin igual en nuestro
mapa literario, que nos llevará, si nos organizamos y vencemos los egoísmos, a
presentarnos críticamente y como "marca" (aunque no guste esta
palabra) ante el mundo, como lo hacen argentinos, mexicanos, colombianos y
españoles sin ningún complejo. Hay que mostrarse y hacerlo valerosamente,
trabajar y seguir trabajando por unas próximas Jornadas en 2013. Quizás, un
nuevo premio Herralde esté entre nosotros, o un Alfaguara, o una tendencia rica
en cuanto a crítica del teatro o una revaloración del ensayo. Un lugar donde
las alegorías nacionales sean sobre un futuro posible, una ciudadanía lectora y
crítica a partir del lenguaje. Una clausura del siglo XIX.
Gracias
a todo el equipo de la Simón Bolívar, en especial a Carmen Victoria Vivas, que
se entregó en cuerpo y alma a estas Jornadas. A ella y a todos, salud y
literatura.
Lunes, 28 de marzo de 2011.
Quisiera hacer una bitácora de status, Notas y comentario
de mi cuenta en Facebook. Pero todavía no ayuda. Es engorroso ir hacia el
pasado en la Red; no lo avalan, ni lo alientan. Puede llegar a ser un culto a
la desmemoria a partir de una memoria único. La diversidad en internet puede
llegar a ser una estafa.
mar2011-Dic
2011:leer teoría para la tesis, trabajo de campo virtual con los blogs (tesis),
empezar fichas de lecturas para el concurso de oposición (griegos, Virgilio,
Dante, Boccaccio, Rabelais, Shakespeare, romanticismo, vanguardias europeas,
etc), terminar mi novela, rearmar el libro de minificción, terminar dos cuentos
para el de cuentos largos. La lectura de Ficción contemporánea entra en período
de espera.
Lunes
04 de abril de 2011
Una
semana alejado de este diario. Muchas ocupaciones, pero en verdad no hay
excusa. Debo ser fiel al registro.
Analizo,
en estos días, dejar la Monte Ávila y volver a la Simón Bolívar. Hablo de un
profesorado más organizado, en donde los debates sean ricos y estimulantes. Aun
así, pienso proponer un Taller de escritura creativa para muchachos de tercer a
quinto año en la Monte Ávila. Espero que la dirección sea receptiva y acepten.
Mientras, espero por la apertura de concurso en la Simón. Ojalá haya suerte.
Martes
05 de abril de 2011
Anoche,
gritos de auxilio en la calle, como a las 11. Nos paralizamos. Luego,
enseguida, un carro a gran velocidad en fuga. ¿a quién secuestrarían? un
infierno vivir así en este país.
Miércoles
06 de abril de 2011
Desde
el balcón de mi casa, se debería ver perfectamente el Abra Solar, de Alejandro
Otero. Por desgracia, no es así a razón de una enorme valla en la azotea del
edificio que bordea la avenida. Antes, recién mudados aquí, no decía nada.
Desde hace unos quince días, dice: “déjenlo trabajar”, en rojo, refiriéndose al
Presidente. Es una soberana burla, un victimismo más de este gobierno
ineficiente y corrupto. Entre el paisaje y el pragmatismo nos movemos. Entre
intentar ver desde el balcón el arte y la modernidad como paisaje, y
encontrarme con el pragmatismo ignorante que impone un inmediatismo de arepas y
cervezas. Me recuerda un edificio a la entrada de la Casanova. Nunca he
manejado, y eso me ha permitido ver con detalle a mi ciudad. Hay un edificio
con figuras en sus paredes, ilustraciones casi. Para mí, la clave del lenguaje
de mi ciudad está ahí, en esos signos. Sólo que nunca los hemos descifrado.
¿alguna vez podremos?
Lunes
11 de abril de 2011
Goebbels
haciendo de las suyas en la calle, en el Metro, sonriendo. Goebbels, con este
gobierno, reina en Venezuela.
Viernes,
15 de abril de 2011
Mañana
para Boca de Aroa, a descansar un poco cerca del mar. Ayer caminando por
Quebrado Honda con Javier, viendo cómo ese espacio podría ser una nueva
Granada: la Iglesia de Santa Rosa de Lima (que aglutina a la comunidad
peruana), la Iglesia Meronita, más atrás la Sinagoga y cierra la Mezquita.
Aunado a esto, un Teatro, el Amador Bendayán, nombre que toma también este
boulevard, y el espacio de ensayo de las Orquestas Infantiles y Juveniles del
país. Una maravilla sería.
Avanzamos
luego hacia la Plaza de los Museos. El parque Los Caobos, un espacio lleno de
vida que pienso explorar en vacaciones. Los museos bastante abandonados. Varias
salas cerradas. El de Arte Contemporáneo sin su belleza de antes, en especial
en los espacios de afuera. Adentro, el patrimonio de Sofía ïmber: Picasso,
Miró, Bacon, y un largo etcétera del mejor arte del siglo XX.
Caminando
del Museo de Arte Contemporáneo hacia el avenida Bolívar, en las Torres de
Parque Central, vemos una capilla con un vitral curioso, y en la parte superior
de ella un letrero de hotel que dice "Parroquia", y más abajo, en
luces de neón, "San Ignacio de Loyola". Las vainas raras de mi
ciudad.
Remontamos
hacia la nueva sede de la GAN, y luego el Centro Simón Bolívar, en donde
finalizamos con dos cervezas en una tasca subterránea. Una mañana caraqueña.
02 de
mayo de 2011
Muerte
de Gonzalo Rojas y Ernesto Sábato. Muerte de Osama Bin Laden.
Hoy a
la Católica a conversar con Marcotrigiano sobre mi seminario de Literatura y
nuevas tecnologías. En la tarde a reunirnos para definir el Manifiesto con
Gisela y Juan Cristóbal.
Vivimos
en unas costas en donde la ciencia y la tecnología no han contado nunca con el
apoyo necesario y, paradójicamente, se les ha endiosado. Por el contrario, las
Humanidades, en especial las artes y la literatura, son la mayor contribución
latinoamericana al mundo, y siempre han sido periféricas y mal pagadas. Reunir
poesía y cibernética, como postuló alguna vez Octavio Paz, es el camino. En ese
camino, no dejó de indagar Sábato, por ejemplo.
14 de
mayo de 2011.
El
gobierno nos exprime. Ganamos una miseria y pretende que nos contentemos con
poco. Hay que luchar. Un buhonero gana más que un profesor universitario, con
doctorado y años de experiencia.
Somos
profesores mendicantes. Casi dominicos.
24 de
mayo de 2011.
En
plena efervescencia del Festival de la Lectura. Se agradece. Aun así, es
lamentable que estemos supeditados todos a una Alcaldía en Caracas para este
tipo de eventos. Todos los lugares culturales mayores están en Chacao. Eso
significa seguir sus dictados. Hay envidias entre autores en estos días.
Aquellos que están en el epicentro y los que no son tan observados. No hay
mayores novedades en este Festival, en donde lo pop, la moda, la música y la
farándula suelen llevarse el primer lugar. Todo por el dictado de dos embajadas
y un puñado de editoriales, quienes ponen el dinero. Mientras, la presencia de
nuestros escritores en la esfera internacional, es mínima, y mientras Alfaguara
celebra autores aquí y los promociona, abandona a otros en el extranjero, como
Israel Centeno, por ejemplo.
Voy
saliendo de una fuerte gripe, espero estar pronto en la calle en los días por
venir, para los eventos subsiguientes. Hoy reunión de profesores en la UCV.
Quién sabe qué medidas saldrán de ahí para el reclamo legítimo al gobierno.
Mi
suegra, a ser operada el jueves. Fin de semana de mucho movimiento.
Lunes,
30 de junio de 2011.
No han
pagado la quincena. Se espera el aumento. Eso somos, mendigos que esperan sus
monedas.
Me
levanto, doy besos a mi esposa que tiene un dolor en el abdomen, la beso más y
más para despertarla, como cada mañana; riego las matas, veo el paisaje en
desolación de mi ciudad distópica, ese fracaso de una modernidad que no llegó.
Es verdad, Caracas es fea. Soñamos arreglarla, quitarle el sucio, pintarla de
nuevo. Pero es una postergación perenne.
Ojalá
esta semana me paguen en la universidad lo que me deben. Eso me ayudaría a
aliviar las deudas, pagar la reserva de la iglesia para nuestra boda en
diciembre, poner un poco para los pasajes a Brasil.
Avanzamos,
o eso creemos.
07 de
junio de 2011
Ya
tenemos los pasajes a Brasil. La universidad me debe dinero todavía, y quién
sabe cuándo pagará. Heredé de mi madre el depender de un ministerio. El mío es
la UCV, uno de los mayores elefantes blancos de este país.
Cada
día, más se van del país. Por lo menos las historias suelen ser de éxitos. La
crema intelectual de Venezuela abandona nuestra tierra. Y no decrecerá. Siento,
que cada día que pasa, Blanca y yo nos acercamos más a ese camino: emigrar. Pensamos
en Chile. Yo sigo con mis sueños de hacer el doctorado en Inglaterra. Ya
veremos.
Jueves
16 de junio de 2011.
Ya esto
empieza a dejar de ser un diario para convertirse en un cuaderno de apuntes.
Más Canetti que Musil.
Ayer
tampoco depositaron el aumento. Anuncian los recursos, pero no los vemos en
nuestra cuenta del Banco. Es curioso, como tenemos que conformarnos con que nos
paguen cuando quieran. En estas comarcas inventamos las palabras para violarlas
luego. Una y otra vez.
Con
proyectos de escritura en ciernes, ahora que las clases en las Universidades
terminan. Entre las mininovelas, la novela breve y la tesis, tendré bastante
trabajo en estos días hasta septiembre. Espero surjan frutos.
A
partir del lunes comienzo a hacer ejercicios en las mañanas, luego escritura y
en la noche leer. Debo disciplinarme.
Hoy
abro el blog de apoyo a la cultura para el candidato de la Unidad, y, si
tenemos suerte, le próximo presidente. Si tenemos más suerte, puede llegar a
ser una política de Estado. Tengo fe.
Más que
un cuaderno de apuntes, es un fragmentario en forma de telegrama esto que
escribo.
Lunes
20 de junio de 2011.
Nos
quedamos dormidos. Los días de lluvia nos ponen lentos a Blanca y yo. Más,
luego de un fin de semana de muchas actividades: ir a Jóvenes con FIA, sentir
nostalgia por tantas actividades culturales que se hacían en ese espacio en los
noventa, sentarnos en la Plaza la Castellana, ir a una piñata. Me gusta pasear
con mi esposa, recorrer la ciudad. Ayer además el día del Padre, con muchas comidas.
Aun
así, no provoca a veces salir de casa. Aquí hay internet, películas, nuestros
libros y nosotros. Nuestra cama, nuestra ducha y nuestra cocina. A veces no
queremos otra cosa.
Conversamos
largo en la noche sobre un hijo. Queremos uno, pero insistimos en terminar las
maestrías primero y en esperar las elecciones. Si gana el chavismo, nos vamos
del país y lo tenemos fuera. Si pierde, aquí.
Miércoles
27 de julio de 2011.
Pienso
en renunciar a la UCV y siento como si me separara de una mujer con quien he
convivido durante muchos años. La Escuela de Letras es una pasión. Casi como
los barceloneses hablan de su equipo: mucho más que una Escuela. Pero ese
tiempo se anuncia.
Creo
que terminaré la tesis de la Maestría y no presentaré el Concurso de Oposición.
Eso me traerá dolores, rencores de la gente, tristezas pero creo que ya no hay
otro camino. Tengo meses pensando eso: irme de la universidad. Necesito dinero,
necesito hacerme un futuro aquí, ya. No tengo la paciencia de esperar una
jubilación en 30 años. Me preocupa Blanca, pues ella si cree en eso, en las
jubilaciones. Algún día entrará en la Universidad y hará sus caminos. De eso
estoy seguro.
Mientras
tanto, pienso en librerías, en comprometerme completamente con la UCAB, otros
caminos.
Transversalidades,
interdisciplinariedad, bisagras, fronteras: con eso sueño.
Martes
08 de agosto de 2011.
Sigo en
estos apuntes. Resolví lo de la entrega de la tesis y el concurso de oposición.
Primero una cosa, luego la otra. Aun así, tengo pesimismo alrededor de la
universidad.
El
domingo el cumpleaños de Blanca, maravilloso; y alrededor de esto, atenciones
médicas a mi padre, viaje de pocos pero sabrosos días a San Cristóbal, regreso
para poner orden en casa. ¿Cómo hace uno para comprometerse a veces con tantas
cosas? Quizá los mejores de esos compromisos: el trabajo en materia de cultura
con la MUD, y los Radicales. A propósito de la visita de Piglia por el Rómulo
Gallegos, toda una discusión vía mail. Pero hay acuerdos. Parece que vienen
buenas cosas.
Mientras,
y como siempre, yo buscando tiempo para escribir. Espero esta tarde pueda
rendirme.
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